CULPABLE de FEMINICIDIO. Era al décimo segunda vez que le pedía a su mujer que le prendiera el
calentador cuando ella se levantara para el bañarse con agua caliente. Cada vez
cuando el fue a bañarse el agua estaba fría. El solo pensaba que ella tenía
buena suerte. Era la décimo segunda vez que le había dicho que le gustaba una
fruta batida con el desayuno. Solo encontraba los trocitos de frutas junto al
mangú o pan tostado con huevo. El solo pensaba que buena suerte tiene. Era la duodécimo segunda vez que le pedía un
pantalón limpio y como ella no tenía tiempo para lavarlo siempre él lo
encontraba mojado o sucio en la lavadora. Y solo decía que suerte tiene. Era la
duodécima segunda vez que le pedía le planchara una camisa y cuando él se la
puso estaba estrujada de un lado, el pensó que ella estaba medio de suerte.
Pero cuando él le pidió por duodécima tercera vez que encendiera el televisor
habiéndoloe dicho que no lo repetiría una vez mas y ver que por muchas veces
que le diera al aparato de control remoto ella no lo logró. Entonces la furia
por que ella no lo complacía, porque era incapaz, porque era ineficiente,
porque no podía dar ni hacer lo que había prometido, lo llevó a cegarse, a
comenzar a tirarle todos los objetos que tenía a su alrededor hasta acabar con
ella.
EN los periódicos salió el titular cliente enceguecido por
apagones mató a la EDE ESTE. Cliente alegó que todo le había ocurrido más de
doce veces y que aunque él, no es supersticioso el número trece fue de mala suerte para EDESTE. Dice NO sentirse arrepentido,
que prefiere vivir en la oscuridad que estar con la incertidumbre, la
ineficiencia, el gasto triple, la compulsión a tener que pagar justo por
pecadores, a que lo obliguen a lo que no
quiere. No quiere que se le sigan dañando cosas.